Afrontando presiones adicionales en casa y en el extranjero, la agenda del presidente de Bashar Assad, presidente de Siria, está particularmente llena estos días. Hay mucho que hacer y el momento lo es todo. La sincronización, sin embargo, no parece funcionar.
Por ejemplo, Assad había planeado encabezar la delegación de su país a la cumbre de Naciones Unidas el mes pasado. Mientras la inquietud crecía en Damasco, Assad se podría haber beneficiado de una visita que estaba diseñada para aliviar el aislamiento internacional de Siria y mostrar al presidente de 40 años de edad como un joven gobernante reformista árabe. Pero la sincronización no funciona. Tras las señales poco receptivas procedentes de Washington y el creciente desasosiego en casa, Assad se vio obligado a permanecer al margen.
El asesinato de febrero del ex Primer Ministro libanés Rafiq Hariri parece apuntar cada vez más en la dirección de Assad. Detlev Mehlis, el investigador jefe de la ONU que fue nombrado para investigar el asesinato, ya había señalado a cuatro funcionarios libaneses pro-sirios de seguridad como sospechosos. Ahora, con ayuda de los servicios secretos franceses entre otros, está señalando directamente a Damasco y probablemente al propio palacio presidencial.
Mientras tanto, en el frente nacional, Siria veía la publicación de un estudio de la pobreza realizado por la Oficina Central de Estadísticas de Siria y el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas. El estudio categoriza como pobre al 30% de los 18,3 millones de personas de Siria y afirma que 2,2 millones son incapaces de cubrir sus propias necesidades básicas. La semana pasada se le unía un informe del Fondo Monetario Internacional. El IMF advierte de que a menos de que se introduzcan reformas significativas, Siria podría “quedar atrapada en un ciclo de volatilidad financiera, deterioro fiscal, crecimiento lento y creciente paro“.
Desde el comienzo de su mandato en junio del 2000, Assad tiene poco que mostrar a su favor. Tras el colapso de Irak, Siria no solamente perdía a su restante aliado baazista, sino también una fuente significativa de ingresos que se debían en parte a su implicación en el fraude Petróleo por Alimentos. La aparente falta de habilidades por parte de Assad para ceder a las presiones internacionales ha provocado que Siria se retire unilateralmente y pierda gran parte de su poder sobre el Líbano, generando una severa crisis financiera y de prestigio en las filas del ejército sirio. Pero esa retirada, al contrario de la retirada israelí de Ariel Sharon de Gaza, ha granjeado a Assad poco crédito internacional. Por el contrario, la falta de capacidad (o voluntad) por parte de Siria para controlar su frontera con Irak no solamente ha demostrado su debilidad, sino que también ha incrementado adicionalmente el nivel de frustración americana con Siria. Zalmay Jalilzad, el embajador americano en Irak, decía recientemente que “la paciencia de Estados Unidos [con Siria] se está agotando” y que si Siria no mantiene las cosas en orden, se considerarán otras opciones.
Esto, por supuesto, hace que algunos actores baazistas estén descontentos en extremo con el oculista convertido en presidente. Algunos ya han decidido abandonar el barco. Asif Shawkat, el director de la inteligencia militar siria y cuñado del presidente sirio, volaba a París acompañado de su esposa e hijos. Se presume que Shawkat es una de las personas buscadas por el equipo de la ONU para ser interrogada por el asesinato de Hariri. Shawkat podría unirse a otro mando de la inteligencia siria que presuntamente desertó a Francia con información acerca de los explosivos que mataron a Hariri y acerca de pinchazos telefónicos que fueron recientemente transferidos a manos del equipo de investigación de la ONU.
El testimonio de Shawkat tiene potencial como para sellar el destino del régimen Assad. No solamente está vinculado a Assad, sino que ha estado profundamente involucrado en la planificación y la implementación íntimas de cada acto de sabotaje llevado a cabo por el régimen. Shawkat gestionaba una compañía fachada durante el escándalo Petróleo por Alimentos (Shawkat era ejecutivo de Bhaha Import Export) y asumió el control de la Inteligencia siria de manos del General Hassán Jalil tras el asesinato de Hariri. Es quizá el miembro más importante del gobierno sirio con el conocimiento más íntimo de los secretos sirios.
“En Damasco, el miedo se encuentra ya en el bando del poder, el bando de Bashar“, decía un alto funcionario al Washington Post. Tras décadas de férreo control baazista, el factor miedo parece haber llegado al propio bando baazista. Y la oposición siria puede sentir eso.
La oposición siria, un término que era un error hace dos años, ahora tiene 20 oficinas visibles con un creciente número de activistas políticos que se reúnen regularmente dentro y fuera de Siria. La Coalición Democrática Siria – un grupo de 10 organizaciones sirias de oposición lideradas por Farid Ghadry, acaba de anunciar la creación de la mayor conferencia de oposición en Europa. En una ubicación aún por anunciarse, 20 grupos sirios se reunirán para desvelar una nueva constitución, un nuevo registro para los sirios interesados en votar, y la creación de un parlamento en el exilio.
Estos avances indican ya que el régimen Assad está perdiendo fuerza y puede aproximarse a un punto de inflexión que potencialmente puede cambiar el equilibrio de poderes en Siria. Estados Unidos debería ser paciente mientras Assad, atrapado en una trampa de su propia fabricación, lucha por dar respuestas al investigador de la ONU por una parte y a su creciente círculo de críticos por otra. Assad podría verse obligado a hacerse a un lado. En el ínterin, Europa y Estados Unidos deberían abrir sus oídos a las nuevas voces sirias. Podrían acabar siendo más importantes de lo que se cree.
Nir Boms es vicepresidente del Centro para la Libertad en Oriente Medio