Cientos de miles de refugiados llegan cada día a Europa desde Siria. Y a pesar de la cercanía con Israel, este país vecino no es destino para ellos. Juan Manuel Benítez viajó recientemente a la zona, invitado por la organización pro-israelí Fuente Latina, y nos cuenta por qué.
Los Altos del Golán, zona turística controlada por Israel, geográficamente en disputa con los vecinos Líbano y Siria. En las proximidades del monte Hermón se encuentra este puesto militar israelí… que vive con incertidumbre lo que ocurre a escasos metros. “Lo más importante de entender es que la situación del otro lado de la frontera entre Israel y Siria es inestable. Cada día cambia”, dijo teniente Tamara Epelbaum.
Poca visibilidad por una tormenta de arena, pero a unos quinientos metros de aquí, la frontera con Siria, país envuelto en una guerra civil, conflicto en el que Israel dice no querer involucrarse.
“Hay una política muy precisa en todo lo que es el conflicto del otro lado de la frontera que es que el ejército de Israel no se involucra en lo que está pasando, en lo que está sucediendo. No queremos intervenir, no queremos ningún tipo de escalación. Lo que sí hacemos es ayudar a aquéllos que llegan a la frontera pidiendo ayuda médica”, dijo Epelbaum.
Y una vez dada esa atención médica, las autoridades israelíes los envían de vuelta a su país.
En las últimas semanas los refugiados sirios han puesto a prueba el sistema fronterizo de la Unión Europea.
Estados Unidos estudia también incrementar el número de ellos que aceptará. Son millones de personas que huyen de la violencia.
Llevan años instalándose en países vecinos como Jordania y Líbano pero no Israel, como reconoce Nir Booms, de la Universidad de Tel Aviv.
El líder de la oposición Isaac Herzog ha pedido al gobierno de Bejamin Netanyahu un cambio de política al respecto.
No creo que Israel sea capaz de absorbera muchos, dice Booms. Unos ocho millones y medio de habitantes conforman el Estado Judío de Israel.
Un veinte por ciento de ellos es árabe, principalmente de religión musulmana y cristiana.
No se pueden quedar porque somos un país pequeño, nos dice Danny Ayalon, antiguo viceministro de Exteriores de Israel. Somos más pequeños en extensión que el Estado de Nueva Jersey y demográficamente no podemos hacer mucho.
Siria, de mayoría árabe, no tiene tratado de paz con Israel. Creo que los árabes, los países del Golfo y otros tienen los recursos y las capacidades. Sólo necesitan tener la voluntad para solucionar el problema.
Una voluntad, que los países del Golfo no han mostrado hasta el momento.