El dominó, el juego regalado al emperador chino Hui Tsung en el siglo XII, viajó lentamente antes de llegar por fin a Oriente Medio. En estos tiempos, sin embargo, parece ser el juego de moda — empezando por Túnez y Egipto, causando estragos en Yemen, Libia y Bahréin, y llegando ahora hasta Siria.
La realidad de Oriente Medio, no obstante, no es ningún juego de mesa, sino una lucha por la supervivencia. Como los antiguos emperadores de la China, la vieja guardia que queda — las voces del pasado — luchan desesperadamente contra su propio pueblo, que aspira a tener un futuro diferente. Y las voces del pasado parecen estar claramente alineadas. Son pilotos de las Fuerzas Aéreas de Siria los que pilotan algunos de los cazas MiG con órdenes de atacar las ciudades de Libia en manos de los rebeldes. Un funeral oficial sirio celebrado en honor a uno de ellos, caído en “el cumplimiento de su deber”, tenía lugar en Damasco en medio de las multitudinarias concentraciones anti-Siria. Turquía detenía hace poco dos aparatos iraníes por “inspecciones de rutina”, para descubrir lanzacohetes, morteros y armas automáticas destinadas a las fuerzas de seguridad de Assad y sus aliados de Hezbolá en el Líbano. Assad, según fuentes de la oposición, habría dado el visto bueno al despliegue de cientos de efectivos en Libia, así como de munición antiaérea y antitanque destinada a Gadafi. Hay informaciones que apuntan haber visto efectivos del Cuerpo de la Guardia Islámica Revolucionaria Iraní trabajando junto al ejército sirio para reducir a los manifestantes. La ayuda iraní podría haber contribuido a la creciente brutalidad manifestada por las fuerzas sirias del orden, que se las arreglaron para matar a más de 50 manifestantes este último fin de semana. Pero eso no detiene a las masas, alrededor de medio millón de las cuales desfilaban por nueve municipios sirios el mismo fin de semana. Continue reading